Hola a todos;
Estamos a día 20, nuevo desafío, y en esta ocasión tengo que confesar que para mi si que ha supuesto un verdadero desafío por la sencilla razón de que no me gusta nada, pero absolutamente nada el sushi. Me da igual que sea con pescado crudo o con pescado ahumado, lo he probado de todas las maneras posibles tanto en grandes superficies como en restaurantes especializados en ello, y ha sido inutil.
Pero bueno, tengo una gran crítica en sushi que es Gema, mi sobrina de 7 años, una apasionada de esta comida y me ha dado su aprobación además de muy buena nota.
Para prepararlo se necesita una esterilla, pero como sabía que es poco probable que lo repita, no la he comprado y me he apañado con papel de horno húmedo, la verdad, ha funcionado bastante bien.
INGREDIENTES
2 tazas de arroz para sushi
2 hojas de alga nori
wasabi (lo venden preparado en una pasta picante)
salsa de soja
salmón ahumado en tiritas
aguacate en tiras
sésamo
Para el sushi-zu
Esto es para mezclar con el arroz:
4 cucharadas de vinagre de arroz
2 cucharadas de azúcar
1 cucharadita de sal
PREPARACIÓN
Lavamos el arroz varias veces hasta que salga el agua limpia. Ponemos el doble de agua que de arroz en una cacerola y llevamos a ebullición, llegado este punto, bajamos el fuego al mínimo y sin quitar la tapa a la olla dejamos cocer 13 minutos. Después apagamos el fuego y dejamos reposar 10 minutos más.
Mientras preparamos el sushi-zu mezclando muy bien los tres ingredientes arriba mencionados.
Escurrimos el arroz y añadimos el seshi-zu.
Ponemos como os he comentado el papel de horno húmedo y encima ponemos una capa de arroz, encima el alga nori y en el medio tiras de aguacate y de salmón. Enrollamos formando el círculo y dejamos reposar.
En otro papel ponemos una hoja de alga nori, encima el arroz y en el medio aguacate y salmón y enrollamos con cuidado, reservamos.
Por otro lado con las manos húmedas hacemos como si fueran croquetas y ponemos por encima trozos de salmón.
Pasamos el rollo que tiene el arroz al principio y lo pasamos por sésamo.
Cortamos en rodajas los dos rollos con el cuchillo húmedo.
Preparamos una salsita con un poco de wasabi y salsa de soja, aqui os lo dejo a vuestro gusto, si lo quereis más picante o no.
Si quereis ver el resto de recetas de mis compañeros de desafío pinchar AQUÍ
Qué apañada tu sin la esterilla, yo de haberlo sabido también lo hubiera hecho así, aunque ahora tengo un mantel individual muy práctico, jaja
ResponderEliminarSi tu sobrina te ha dado el visto bueno puedes darte por más que satisfecha! Besos
Pues viendo la entrada de este desafío..., ¿qué resultado hubieses obtenido si te llega a gustar el sushi...? No puedo llegar a alcanzar imaginarlo, pues excede a lo imaginable por mí.
ResponderEliminarBesos.
Te ha quedado muy bien. Bss
ResponderEliminarGema tenía 7 años y vivía en un pueblo pequeño que estaba entre montañas y ríos, entre bosques llenos de duendes y de hadas. Y precisamente por esto, el pueblo de Gema era mágico. Y la magia de ese pueblo se podía apreciar en los platos deliciosos que preparaban sus habitantes. En ningún otro pueblo conocido se podían hallar alimentos tan ricos como los que se hacían allí. Los envidiosos de otros pueblos cercanos decían que eran las hadas las que con sus varitas hacían que de pronto apareciesen estupendos alimentos nunca antes conocidos. Pero el mayor secreto que guardaban los habitantes de Natilandia, pues así se llamaba el pueblo, es que allí vivía una hada muy especial llamada Gema. Si, la pequeña Gema, pues por las noches, cuando su mamá la acostaba pronto, pues tenía que descansar de su dura jornada escolar, ella se transformaba en hada y se dirigía en sueños a sus habitantes para decirles cómo tenían que cocinar. Pero de entre todos los habitantes de Natilandia había una persona a la que la hada Gema quería mucho,y que era su tía Maribel. Y cómo no podía ser de otro modo Gema entraba en la cocina de forma invisible, y sin que su tía se diese cuenta, ella, con su varita, tocaba los ingredientes que iban a ser empleados de forma que mágicamente estuviesen más buenos si cabe que el del resto de las otras cocinas de Natilandia. Y aunque Gema se convertía en invisible para que su tía no la viese, no podía evitar de vez en cuando hacerse presente en un roce, en un pequeño vientecillo que hacía Gema al pasar veloz por detrás de su tía. Incluso a veces Gema le gastaba bromas a Maribel y le volcaba al suelo algún recipiente con huevo batido o con harina con lo que el estropicio no era pequeño. Y Gema, entonces, al ver a su tía toda acalorada se reía con la inocencia que sólo puede tener una buena niña de 7 años. Y así, de este modo, entre juegos, su tía Maribel conseguía ganar a todos en sus platos al hacerlos más sabrosos que ningunos otros, pues el mayor ingrediente secreto que Maribel tenía era el amor que Gema le daba cada vez que le decía escondida en la cocina...; te quiero mucho Maribel.
ResponderEliminarUn beso para la pequeña pero a su vez gran experta Gema, hada mágica a la que le dedico este cuento.
Muchísimas gracias Soledad por este cuento. Se q a Gema le va a gustar muchisimo
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