Hola a todos:
De nuevo a día 20, día de desafío.
Todos los meses digo que tengo que ponerme al día del blog, empezar a publicar como antes, pero no se que me pasa que nunca encuentro el momento de hacerlo. Y no será por falta de recetas hechas, tengo un montón, pero es que realmente el tener un blog lleva mucha faena y hay que emplear mucho tiempo. Tiempo del que ahora mismo no dispongo.
Esta receta como muchas de las que nos han pedido me sorprendió porque no lo había escuchado antes pero después de proponerlo he querido informarme un poco sobre él.
Así he descubierto que recibe su nombre en honor a una carrera de bicicletas que se realizó entre las ciudades de París y Brest en 1891.
La forma del pastel representa una rueda de bicicleta. Un pastelero que presenciaba esta carrera cocinó en honor de ésta una delicia con la forma de rueda y a un periodista le gustó la idea y lo publicó en el diario para el que trabajaba. De esta forma toda Francia se asombró de la novedad. Hoy en día la carrera y este postre van de la mano.
La masa es parecida a la de los profiteroles y va rellena con una crema de mantequilla con praliné.
INGREDIENTES Y PREPARACIÓN
Para la masa choux:
250 ml de agua
150 gr de harina
125 gr de mantequilla
3 huevos
En una cacerola ponemos el agua con la mantequilla a calentar.
Cuando esté bien caliente le añadimos la harina de golpe y no dejamos de remover hasta que se separe de las paredes. Entonces retiramos del fuego y vamos añadiendo uno a uno los huevos.
Esta masa la ponemos en una manga pastelera y formamos un círculo. Horneamos a 180º unos 20' más o menos.
Partimos por la mitad horizontalmente y reservamos.
Crema de Mantequilla con nutella:
80gr de nutella
125 gr de mantequilla
4 cucharadas de agua
80 gr de azúcar glass
1 huevo y una yema
Trabajamos la mantequilla hasta que tengamos una pomada.
Hacemos un almíbar con el agua y el azúcar.
Patimos el huevo y la yema con la batirdora y le añadimos poco a poco el almíbar.
Esto lo añadiremos a la mantequilla. A continuación añadimos la nutella.
Crema pastelera:
1 vaina de vainilla
15gr de maizena
40 gr de azúcar glass
150ml de leche
2 yemas de huevo
15 gr de mantequilla
Ponemos casi toda la leche a calentar en un cazo con el azúcar, la vaina de vainilla y la mantequilla.
Habremos reservado un poco para deshacer la maizena y las yemas en ella.
Cuando la leche esté caliente retiramos la vainilla y le añadimos la mezcla de la leche con la maizena y las yemas.
Sin dejar de remover hasta que se forme una crema espesa.
Dejamos enfriar un poco.
Montamos:
Para esto, ponemos la base de la masa en una fuente.
Mezclamos la crema de mantequilla y la crema pastelera, y esta mezcla la ponemos en una manga pastelera y rellenamos la masa.
Ponemos la otra parte de la masa encima y espolvoreamos con azúcar glass.
Si quereis ver el resto de recetas de mis compañeros de desafío pincha AQUÍ
El siguiente desafío será salado y lo propondrá Carolina, A ver con que nos sorprende..
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Que bien te ha salido! besos
ResponderEliminarAprobecho para saludarte como nueva en el grupo del desafio . El PARIS BREST te ha quedado genial ,tambien aprobecho para hacerme seguidora de tu blog , que dicho sea de paso me ha encantado , felcidades ,besitos
ResponderEliminarMaribel, al leer tu entrada de este nuevo desafío, al conocer el origen, la historia de este dulce, no he podido evitar imaginar una carrera ciclista propia de finales del siglo XIX. Competición de unos hombres sudorosos que circulan por un camino pedregoso y polvoriento, tortuoso...Una carrera cuya meta tienen todavía muy lejana. Son unos ciclistas que compiten como si su vida se les fuese en ello montados en unos simples tubos de hierro con dos ruedas. Pero de entre la multitud de ciclistas que compiten, hay de pronto uno que va dejando poco a poco de pedalear; se va quedando rezagado pasando a posiciones más atrasadas en el pelotón; y no porque haya tenido alguna simple avería en su bicicleta, o lo que sería peor, se hubiese caído al suelo (otros rivales ya han ido a tierra, pero se han levantado en su contumacia a pesar de estar heridos para continuar la carrera) sino porque dentro de él, en la parte más recóndita de su alma, en esa que suele estar en un rincón del ser, surge un aparente desfallecimiento, emerge una voz que le habla y que le dice que ese trofeo que tanto sufrimiento y esfuerzo le exige, y que le espera al llegar el primero a la meta no merece realmente la pena ¡Sería un triunfo tan efímero...! El ciclista conseguiría una victoria que sería tan breve, como lo que dura subir al podio y recibir el fogonazo junto a la humareda de un flash de magnesio de un fotógrafo cualquiera. Ese triunfo sería tan falso, como el beso de la guapa mujer que subida con él al podio le cuelga de su cuello una moneda chapada de falso oro a imitación de lo que tiene un alto precio. Y a lo máximo que aspiraría ese ciclista sería a recibir unos cuantos fajos de papeles que le llevarían a la ruína y a la perdición materialista, pues , ¿qué valor puede tener lo que se compra con billetes...?
ResponderEliminarY escuchando todo esto desde un rincón de su alma, el ciclista decidió quedarse el último de todos. Se detuvo y se sentó en el linde de la carretera, y solo, sin nadie a su alrededor, sin gritos ni aplausos, aprendió a ver los campos que lo acompañaban en su soledad buscada, paisaje que hasta ese instante no había apreciado por estar rodeado de ese orbe alocado en la prisa por llegar a ser el primero, no lo había descubierto por tener sus ojos cegados por la bandera de una meta inconsistente. El ciclista vio a unos pájaros que al volar eran mucho más veloces que los hombres montados en bicicletas, mucho más que él lo fue nunca, y percibió el perfume de la tierra y el de las flores que ésta regala a los hombres. Sintió el suave y fresco viento de vida, y jugó con las mariposas de colores, colores mucho más hermosos y combinados que el de las vestimentas horriblemente abigarradas de sus competidores.
Desde ese camino, a una cierta cierta distancia, en el lugar donde las montañas cambian de color y dejan de ser verdes para convertirse en azules, él contempló una casa muy blanca de la que salía un sutil pero enredado, despeinado humo por su chimenea. Y el ciclista dejando tirada su bicicleta, partió caminando hacia esa casa que tanta atención le llamó. Conforme se iba aproximando un aroma que nunca antes había percibido le iba rodeando. Ya no se sentía tan solo. Era el dulce perfume del humo de esa chimenea el que le embriagaba. Y por fin, al llegar al umbral de esa casa (casa que tenía la puerta abierta de par en par), el ciclista pudo ver en su interior a una mujer bellísima, mucho más que la dama que le hubiese podido premiar con una corona dorada de hojalata. Observó a unos ojos que lo miraban como nunca antes lo habían observado. El ciclista vio a esa mujer crear las ruedas de su nueva bicicleta, bicicleta con la que ganaría la nueva vida descubierta...Ella sería quien lo coronaría con sus manos y le daría un beso, pues él había llegado el primero a la meta jamás soñada.
Sole, gracias por tus comentarios. Con este especialmente has conseguido que vea este postre de una manera muy distinta.
EliminarNo dejes de visitar mi cocina.
Un beso
Y de postre, este estupendo dulce que has preparado.
ResponderEliminarNos vemos en el próximo desafío salidito.
Bsts
Anda, no había pensado yo lo del molde!! Buena idea :)
ResponderEliminarTe ha quedado fantástico
besos
Te ha salido muy bien! El secreto para que quede ahuecado reside en la cocción, son aprox 20 ' a horno fuerte hasta que se hinchen y luego 10' más a horno bajo para que se seque en su interior.
ResponderEliminarBesos Maribel, hoy desde
http://siempreseraprimavera.blogspot.com.ar/2015/10/como-preparar-y-dibujar-con-glase-real.html
Te ha quedado muy buena!! Bs.
ResponderEliminarTe ha quedado muy buena, y aunque la choux no se mantuviera arriba, para el resultado final no ha hecho falta ninguna! :)
ResponderEliminarBesos
ate ha quedado muy bien!!! Qué rica! !!!
ResponderEliminarBesitos
Hacia tiempo que no visitaba tu blog. Huelga decirte que sigues como siempre, sorprendiendo, superándote. Dando todo de ti al entregarte a lo que más te gusta.
ResponderEliminarSi me conocieses personalmente sabrías que soy un desastre en la cocina, aunque no lo soy tanto a la hora de comer buenos postres. Dulces como los que haces. A esto hay pocos que me ganen...En algo tenía que destacar en esta vida.
Salud.
mmmmm que rico!! no conocía este dulce pero me lo apunto para hacer, con ese relleno de chocolate me has conquistado.Por cierto, soy Aránzazu de El baúl de las delicias, la nueva compi del reto Desafío en la cocina, me quedo como seguidora de tu blog para seguir viendo tus recetas .Un besito,
ResponderEliminarhttp://elbauldelasdelicias.blogspot.com.es/